En 1989 cae el comunismo, no por guerras o revoluciones, si no por cansancio. Los países de centro y este de Europa estaban ahora sin modelo establecido y buscando como constituirse. Los americanos trataron de implementar democracia en estas naciones emergentes, muchos vendieron constituciones hechas, sabiendo que funcionaban, pero no como, por lo que el caos se mantuvo.
Se comenzó entonces a popularizar la idea de naciones sin gobierno, guiadas solo por la dinámica del mercado libre. Obviamente esto no funcionó. El control fue tomado por mafiosos, nadie se interesó en brindar salud, seguridad, educación ni servicios básicos que el gobierno normalmente toma cargo.
En los 90's surgió la internet en el oeste, y esta se mostraba como la clase de sociedad liberal que se esperaba tras la caída del comunismo. Un sistema regido por la sociedad, donde el estado no tiene poder. El internet cambió la forma en que nos comunicamos. Ya no era solo un modelo de uno a muchos (tv, radio, prensa), si no que cualquiera podría publicar. Esto planteaba una sociedad donde habría: libertad sin anarquismo, control sin gobierno, conceso sin poder. Esta idea se expresa en el manifiesto: "Rechazamos: Reyes, presidentes y votaciones. Creemos en: fuerte consenso y código corriendo"
Según los libertaritas, le será imposible al gobierno controlar el ciberespacio. La sociedad se construirá de abajo hacia arriba, se autordenará y estará libre de política. Estos mismos pensamientos en contra del gobierno y la política se ven en otras partes del mundo, como en las naciones occidentales, que no pasaron por la caída del comunismo y su represión.
Pero ¿por qué es el ciberespacio irregulable?
Según el autor, estos pensamientos están equivocados, sin guía. La libertada no vendrá de la ausencia de gobierno, si no del establecimiento es un nuevo tipo de gobierno. Sera necesario crear una constitución para el ciberespacio, pero esta constitución no será un texto legal, sino más bien una arquitectura que estructura y regula el poder social y legal.
Si se deja el ciberespacio sin control, este no lograra cubrir las necesidades de libertad esperadas, y se convertirá en una herramienta de control perfecta. Este control no vendrá del gobierno, ni de un fin maléfico. Hay una mano invisible, empujada por el comercio y el gobierno, que está construyendo la arquitectura necesaria para hacer posible un control muy eficiente. En el futuro, la lucha no será contra los gobiernos, si no que será una lucha por garantizar las libertades.
El ciberespacio demanda un nuevo entendimiento de cómo funcionan las regulaciones, uno que va mas allá de lo que ahora entendemos, y que es silencioso, el Código de Software. Las regulaciones entonces deben ir enfocadas hacia el Código. El codigo tiene el poder de mantener los valores esenciales y también de destruirlos, y puede regular las interacciones humanas. Lo que no sabemos es quien tendrá el poder sobre el código, y con qué valores lo regirá.
Una constitución para el ciberespacio viene a salvaguardar los valores fundamentales, no a implantar un gobierno y deberá responder a preguntas como: ¿Prometerá el ciberespacio acceso o privacidad?, ¿Habrá cultura libre o permisiva?, ¿cuales controles y regulaciones podrán regir el ciberespacio?, ¿cómo separar el poder?, ¿cómo imponer un gobierno que tenga poder suficiente pero no la capacidad de tener más poder?
En el futuro existirán 3 áreas de controversia: propiedad intelectual, privacidad y libertad de expresión. Pero además, otra interrogante será el donde estará la soberanía.
Todo esto lleva al autor a una conclusión: el ciberespacio requiere decisiones, unas privadas y otras colectivas. La pregunta recae en si nosotros y las autoridades estamos preparados para tomar esas decisiones. El autor considera que no y advierte que las autoridades han comenzado a mover sus armas para enfrentar futuras revoluciones.
Se comenzó entonces a popularizar la idea de naciones sin gobierno, guiadas solo por la dinámica del mercado libre. Obviamente esto no funcionó. El control fue tomado por mafiosos, nadie se interesó en brindar salud, seguridad, educación ni servicios básicos que el gobierno normalmente toma cargo.
En los 90's surgió la internet en el oeste, y esta se mostraba como la clase de sociedad liberal que se esperaba tras la caída del comunismo. Un sistema regido por la sociedad, donde el estado no tiene poder. El internet cambió la forma en que nos comunicamos. Ya no era solo un modelo de uno a muchos (tv, radio, prensa), si no que cualquiera podría publicar. Esto planteaba una sociedad donde habría: libertad sin anarquismo, control sin gobierno, conceso sin poder. Esta idea se expresa en el manifiesto: "Rechazamos: Reyes, presidentes y votaciones. Creemos en: fuerte consenso y código corriendo"
Según los libertaritas, le será imposible al gobierno controlar el ciberespacio. La sociedad se construirá de abajo hacia arriba, se autordenará y estará libre de política. Estos mismos pensamientos en contra del gobierno y la política se ven en otras partes del mundo, como en las naciones occidentales, que no pasaron por la caída del comunismo y su represión.
Pero ¿por qué es el ciberespacio irregulable?
Según el autor, estos pensamientos están equivocados, sin guía. La libertada no vendrá de la ausencia de gobierno, si no del establecimiento es un nuevo tipo de gobierno. Sera necesario crear una constitución para el ciberespacio, pero esta constitución no será un texto legal, sino más bien una arquitectura que estructura y regula el poder social y legal.
Si se deja el ciberespacio sin control, este no lograra cubrir las necesidades de libertad esperadas, y se convertirá en una herramienta de control perfecta. Este control no vendrá del gobierno, ni de un fin maléfico. Hay una mano invisible, empujada por el comercio y el gobierno, que está construyendo la arquitectura necesaria para hacer posible un control muy eficiente. En el futuro, la lucha no será contra los gobiernos, si no que será una lucha por garantizar las libertades.
El ciberespacio demanda un nuevo entendimiento de cómo funcionan las regulaciones, uno que va mas allá de lo que ahora entendemos, y que es silencioso, el Código de Software. Las regulaciones entonces deben ir enfocadas hacia el Código. El codigo tiene el poder de mantener los valores esenciales y también de destruirlos, y puede regular las interacciones humanas. Lo que no sabemos es quien tendrá el poder sobre el código, y con qué valores lo regirá.
Una constitución para el ciberespacio viene a salvaguardar los valores fundamentales, no a implantar un gobierno y deberá responder a preguntas como: ¿Prometerá el ciberespacio acceso o privacidad?, ¿Habrá cultura libre o permisiva?, ¿cuales controles y regulaciones podrán regir el ciberespacio?, ¿cómo separar el poder?, ¿cómo imponer un gobierno que tenga poder suficiente pero no la capacidad de tener más poder?
En el futuro existirán 3 áreas de controversia: propiedad intelectual, privacidad y libertad de expresión. Pero además, otra interrogante será el donde estará la soberanía.
Todo esto lleva al autor a una conclusión: el ciberespacio requiere decisiones, unas privadas y otras colectivas. La pregunta recae en si nosotros y las autoridades estamos preparados para tomar esas decisiones. El autor considera que no y advierte que las autoridades han comenzado a mover sus armas para enfrentar futuras revoluciones.