domingo, 15 de febrero de 2009

La Guerra de los Navegadores

En este documental presentado por John Heilemann, muestra la controversial historia del nacimiento de una de las tecnologías más influyentes e importantes del mundo, el navegador web.

Todo inició con una idea sencilla: hacer de la experiencia de navegar en internet más agradable e interesante agregando capacidades multimedia y dinamismo a las páginas, las cuales solo eran puro texto en aquel entonces. Con esta idea en mente nació Mosaic, el cual sentaría las bases para la creación de una de las empresas de mayor crecimiento en la historia, Netscape.

Con Netscape, un nuevo y gigantesco mercado se había abierto, y no fue ninguna de las grandes empresas tecnológicas quien lo había gestado, sino un grupo de estudiantes recién graduados con una idea visionaria. Pronto el mercado de Netscape había crecido y llamó la atención del gigante del software Microsoft, quien no se había interesando en la idea pues pensaron que no tendría éxito (bien equivocados resultaron estar). Netscape sabía que tenían un mercado importante y no iban a dejarlo ir fácilmente, por lo que rechazaron la propuesta de negocios de Microsoft cuando esta se mostró interesada, propuesta que por cierto infravaloraba mucho a la idea de Netscape. En este momento, dio inicio una de las guerras entre empresas más controversiales de la historia, tanto que se utiliza muy popularmente en libros de administración en la actualidad.

Microsoft se vio fuertemente amenazada por Netscape, pero no era la clase de amenaza común a la cual vencían con buenos negocios y mercadeo, esta era una amenaza que iba mucho más allá, tanto que llevo a Microsoft a realizar una series de practicas de mercado deshonestas e ilegales, como aprovecharse de su dominio del mercado de sistemas operativos para obligar a los grandes vendedores de computadoras a no instalar Netscape en sus equipos de venta.

Al final Microsoft, con Internet Explorer, logró vencer a Netscape, pero sus practicas monopolistas casi le cuesta una división de la empresa cuando tuvieron que enfrentarse a los tribunales.

A mi parecer, la gran polémica que se presenta en este caso es la siguiente: ¿hasta que punto puede una empresa, sea tecnológica o de cualquier otro tipo, utilizar sus productos y sus relaciones comerciales como una ventaja competitiva leal? Es claro que Microsoft en este caso sobrepasó la línea que divide la competencia leal de la práctica monopolista. En cierto modo es entendible la agresividad que Microsoft presentó en este caso. La amenaza de Netscape era especial, si no era enfrentada adecuadamente, podría eventualmente hacer caer a Microsoft. Pero además, era un tipo de amenaza nueva, algo completamente diferente a lo que anteriormente se habían enfrentado, y se dieron cuenta de ello un poco tarde. Esto dejó a Gates y a Microsoft sin ideas de cómo enfrentar a Netscape, por lo que la desesperación y los humillantes comentarios por parte de Netscape hacia Microsoft motivaron a Gates a sobrepasar la línea. Como una madre del reino animal que ve a su hijo amenazado y responde agresivamente, así se vio Gates con su empresa. La diferencia es que en el mundo de los negocios existen las leyes para evitar los homicidios empresariales como el cometido por Microsoft contra Netscape. Aclaro aquí que mi punto es que comprendo que se debe ser agresivo cuando tu empresa esta amenazada, pero siempre y cuando las acciones emprendidas respeten la leyes y la competencia leal.

Por otra parte, Netscape no queda completamente limpia. Tanto como fue una gran falta de respeto como también fue un terrible y mortal error, los comentarios humillantes que los miembros de Netscape realizaron contra los productos de Microsoft son una burla a la ética profesional y al respeto por el trabajo de los colegas. Yo personalmente me sentiría muy ofendido si un colega realizara un comentario como tal acerca de mi trabajo. Existe una gran diferencia entre la crítica constructiva y la burla y ofensa, los miembros de Netscape nunca fueron críticos.
Este caso en especial muestra la necesidad de definir legislaturas y códigos éticos que se ajusten al dinámico y cambiante mundo de la tecnología, con el fin de evitar que casos como este se repitan.

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